LA derrota en Andalucía tiene hoy más de una cara, al igual que la victoria, repartida entre siglas que evocan un futuro esperanzador y otras representativas de un pasado revenido. Incluyo en esta última categoría al PSOE, imbatible en el feudo de su propiedad, y por supuesto a Podemos, cuyos quince escaños constituyen un éxito discreto, tal vez porque su proyecto...
Suscribete para leer la noticia completa: