«Vivimos en una etapa en que el flautista de Hamelín y los cantos de sirena son los cachivaches tecnológicos. Esos chicos que, en las tardes de verano, se han citado a través del móvil y se sientan en el parque, y no se hablan entre ellos, porque siguen enviando mensajes por su móvil, son la evidencia de este encantamiento, de este embrujo en el que estamos...
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