La literatura de Ana María Matute está marcada por un hondísimo sentimiento de carencia. La mayoría de los personajes de sus libros y narraciones son pobres, niños o adolescentes huérfanos o bien tienen unos padres (sobre todo, unas madres) que no los quieren, viéndose arrojados a una experiencia tan dolorosa como imprescindible para el ser humano: el desamparo...
Suscribete para leer la noticia completa: