Pudo Montañez echarle en cara el «sketch» de los chinos, pero insistieron en los impagos
La espantada televisiva es algo trillado, casi un subgénero, que podríamos dividir entre la huída reversible, que es la especialidad de «Sálvame», y la definitiva, como cuando Dragó se marchó de «El Gran Debate» antiumbralianamente, no queriendo hablar de su libro. Pero José...
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