El primer gran abrazo del Papa Francisco con Hispanoamérica tuvo lugar ayer en la misa con un millón de personas en un gran parque de la ciudad de Guayaquil, la más populosa de Ecuador. El calor humano y el afecto eran todavía más intensos que las elevadísimas temperaturas y el sol cegador.
Desde un «papamóvil» blanco regalado por Chevrolet, Francisco sonreía...
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