A las puertas de la vivienda que un día fue sede de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, un cartel avisa: «Cuidado con el perro». Pero dentro ya nadie ladra. Quien fuera el líder de este colectivo –hasta que la diócesis de Tui-Vigo decidiera apartarlo en marzo por comportamientos supuestamente sectarios– regresó ayer a la fortaleza ahora vacía en la base...
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