todas las mañanas iba al despacho de Miguel y le preguntaba: ¿Tú crees que nos salvaremos?». Y Miguel, sonriente, respondía: «Claro que sí». «Miguel no sólo se ha salvado, ha prestado un gran servicio a África y ha puesto de manifiesto las carencias del continente y la necesidad de que el mundo se implique más».
Pocas palabras quedan por decir, por agregar. Para...
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