Ante 52.000 carismáticos de 55 países reunidos en el Estadio Olímpico de Roma, el Papa Francisco contó ayer su propia conversión: «Al principio, en Buenos Aires, yo decía que los carismáticos eran “una escuela de samba”. Después les conocí mejor y, pocos meses antes del Cónclave, la Conferencia Episcopal me nombró asistente de la Renovación Carismática en Ar...
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