La zona azul ha terminado por convertirse en la trinchera, en el lugar convenido por los dos juanes para pisarse los juanetes. Juaninasio y Juanespadas se han enzarzado en un debate que da la medida de esta ciudad dejada de la mano de la Junta. Ahí reside la clave, pero nadie quiere verla.
Sevilla, tan odiada por esos catetos con ínfulas que vienen a gobernar...
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