Caía luz como caen los años, iluminando la vida y dejando un barniz sutil en el color del ladrillo, en los colores de la cerámica esmaltada por la belleza. Se abría la Plaza de España a uno de esos incomparables atardeceres que provocaron el asombro de Eugenio Noel. Un militar honesto y cabal, padre y abuelo, se despedía de la bandera que juró defender hace casi...
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