HAY fechas que nos suenan dentro, almanaque de la memoria o de la sangre, y no habrá tiempo que las debilite y dejen de sonarnos como lo que son, la campanada de un íntimo reloj, un reloj que sólo marca nuestro tiempo. Hay fechas que, cuando llegan, nos suenan y a veces no sabemos a qué; las fechas que digo no necesitan eso, porque son fechas que amanecen llenas...
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