FUE por los ochenta cuando oí por primera vez a alguien decir «níscalos»; hasta entonces, en la tribu habían sido, como todavía lo es para mucha gente, «gurumelos». En la tribu decimos gurumelo y la mente dibuja las formas exactas y bellísimas del níscalo, y las colorea con ese especial tono anaranjado y, sobre todo, con el verde oscuro que muestra al trocearlo....
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