LA frase se repite como un mantra cada vez que tiemblan los cimientos de la civilización. Porque la civilización es como la madre. Sólo hay una. El resto es barbarie. A ver si nos vamos enterando de que el multiculturalismo, como bien dice Sartori, es una perversión que no tiene cabida en una democracia con todos sus avíos. No puede haber comunidades con leyes...
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