España tiene un problema el domingo, que son las elecciones catalanas, y otro el lunes, que es el de gestionar el resultado previsiblemente favorable al bloque de la ruptura. Los constitucionalistas han entrado a fondo al trapo plebiscitario mostrado por Artur Mas, y lo han hecho porque no había otro modo de activar el voto contrario a la independencia que habitualmente...
Suscribete para leer la noticia completa: