Me gusta que la gente vaya por ahí diciendo qué siente o no. Tengo una esposa porteña con ramificaciones freudianas que siempre me dice que los adustos castellanos no verbalizamos los sentimientos. Lo dice y me mira, como esperando a que yo verbalice algo. Siempre me escapo con lo que Panero dijo a Dragó: «¿Puedo ir a mear?».
Además, vivimos una era sentimental....
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