Rivera vive de ser un aliviadero del enojo con lo convencional al que puede uno acudir a desahogarse sin miedo
ALBERT Rivera debería considerar que el secreto de su éxito no sólo no depende de las cosas que dice, sino que éstas lo ponen en peligro. En eso recuerda a Marilyn. Empieza a oírse un redoble de tambor de allá va el trapecista cada vez que le ubican un...
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