El pasado Jueves Santo acudí a una procesión en la que el obispo mencionó que cada cinco minutos un cristiano muere por su fe. Cuando lo escuché no podía creérmelo. Pero, por desgracia, es cierto. Y a esto habría que añadir las torturas, violaciones, encarcelamientos, y abandono forzado del hogar.
En muchos lugares del planeta, y especialmente en Oriente Medio,...
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