Pienso mejor los días de lluvia, esos días desapacibles en los que te quedas en casa con unas lentejas al fuego y el agua tras las ventanas. Tal vez fuera viendo llover, mientras comíamos majuelas en una cueva, cuando reflexionamos por vez primera. Agua y pensamiento. A Capote le dictaban las nubes y a Borges se le ocurrían las frases en la bañera. Ramón Margalef...
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