CONFIESO que a veces, mientras la casa duerme, me siento en el salón a oscuras y me pongo algún capítulo de «The Walking Dead». Cualquier historia de zombis tiene un valor alegórico en esta época nuestra en la que abres la puerta del parlamento y te gruñen dentro, si las alumbras con una linterna, las siluetas del ciclo del 78. Hace poco salía un zombi despedazado,...
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