Debía de tener muy claras las cosas la FIFA cuando –por hache o por be, algún día nos entereramos– decididó que fuera Qatar, un país tan rico como inhóspito, el anfitrión del Mundial de 2022. Blatter y compañía acaban de caer en la cuenta del calor que hace en el golfo Pérsico y, buscando hueco entre el Ramadán y los Juegos de Invierno, han llegado a la conclusión...
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