EL mes pasado, tres fanáticos sanguinarios, tres resentidos de los suburbios franceses abducidos por el wahabismo, acribillaron en el centro de París a diez periodistas, tres policías y cuatro clientes de un supermercado judío. Una barbaridad así produjo un shock mundial. Francia recibió la solidaridad más afectuosa. La libertad de expresión fue defendida como...
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