HEMOS mantenido que en virtud de aquella doctrina quien no era perjudicado por el delito sino que actuaba como mero ciudadano, o sea la acusación particular, no podía encausar a la Infanta, por falta de legitimación, ya que ni el Ministerio Fiscal ni el Abogado del Estado habían formulado acusación en aquel procedimiento abreviado.
En sentido contrario se ha opinado...
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