Acaban los asaltos y me envía mi hijo, desde París, una foto desde su oficina, donde se aprecia al fin el cielo abierto con esos tonos rosados que deja el sol en las nubes antes de marcharse. «La liberación», me escribe, como si hubiera conocido por vez primera lo que esa palabra significa, él que acaba de mudarse, hace sólo unos días, del barrio del Louvre al...
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