EDUCAMOS desde hace ya varias décadas a los niños en la idea de que casi todo da lo mismo mientras nuestro pequeño mundo no se vea alterado. E insistimos en que nada merece realmente la pena de que suframos ningún mal ni disgusto. Sabemos que nosotros tenemos derecho a prácticamente todo. Pero también que los supuestos deberes son discutibles porque nosotros...
Suscribete para leer la noticia completa: