A Rafael de Cózar
NO está bien despedirse. Sobre todo cuando, algún día, nos volveremos a ver. Para hablar de motos, de mujeres, de papas aliñás o de las otras. No es bueno despedirse, decirte adiós Fito, porque, alguna vez, en algún sitio, me llenarás un vaso de vino, me hablarás de la grandeza de Beyoncé de garganta hacia abajo, me ponderarás el motor alemán...
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