CUALQUIER lector de cómics sabe que la verdadera proeza del superhéroe consiste en fabricar una segunda identidad que haga insospechables los poderes. Batman se oculta en Bruce Wayne, un millonario frívolo que da fiestas y al que no cabe suponer inquietud moral alguna. No es, sin embargo, sino la tapadera de un justiciero, de una criatura de la noche. El avatar...
Suscribete para leer la noticia completa: