Yo creo que Duran i Lleida anda entre «el ser para la muerte» heideggeriano y el «ser o no ser» del Hamlet shakespeareano
LOS culebrones tienen la característica de no acabarse nunca. Nos prometen un desenlace en el capítulo cuatrocientos, pero cuando llega ese momento ansiosamente esperado, no pasa otra cosa relevante que no sea la promesa de otros cuatrocientos...
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