El remedio puede ser muchísimo peor que la enfermedad. No es lo mismo ser un hábil mitinero o una estrella televisiva que dirigir un complejo país en la encrucijada histórica de una acechante amputación separatista. Pero los improvisados hinchas del podemismo le quieren entregar todo el poder a quien ni siquiera ha sido concejal de aldea. Y lo peor no son lo...
Suscribete para leer la noticia completa: