Las empresas de formación andaluzas renunciaron a ofrecer un producto de calidad porque con las subvenciones que la Junta les proporcionaba no necesitaban competir; para ser exactos, ni siquiera necesitaban un producto. Cuando las ayudas cesaron, cientos de academias se fueron a pique porque no hay clientes dispuestos a pagar por lo que antes recibían gratis...
Suscribete para leer la noticia completa: