Bacall era, también (y sobre todo), la viuda de Humphrey Bogart, aunque después de su muerte volviera a casarse otras dos veces
TENÍA unos ojos grandes que te hacían temblar de miedo o de deseo y una onda agreste en el cabello que a veces los ocultaba, como se oculta un pensamiento impuro. Era peligrosa como una pantera enjaulada, con una sonrisa socarrona que...
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