Si de verdad todo se sabía y durante tres décadas hubo impunidad para Pujol, la última pregunta que me hago hoy es la más incómoda. ¿Por qué ahora sí?
LA confesión de Pujol, a quien sus contemporáneos tienden a ubicar aún en vida en un ámbito en el que se rinden cuentas ante Dios pero no ante la ley, ha propiciado en la sociedad catalana dos reacciones que me...
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