Los viejos, con el «acarajotamiento» que nos suele aquejar, no somos tan importantes como «los enamorados», «los padres», «las madres», etcétera, y nuestra efemérides la ignora casi todo el mundo. Apenas el Padre Ángel, como creador y preboste máximo de Los Mensajeros de Paz, y algún inconsciente, como quien suscribe esta carta, se dan cuenta, cada año, de que,...
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