En caso de extrema urgencia, como la intentona golpista de 1981 en Madrid, el monarca que baja de su trono dorado resulta insustituible para salvar la democracia, preservar la unidad del país y oponerse si fuese necesario a la deriva absolutista, una amenaza latente en democracia»
EN los antiguos regímenes en Europa se tenía por costumbre proclamar cuando moría...
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