Ahora que las putas dejan la literatura para pasarse a la economía de mercado, se convertirán en criaturas odiosas
«TODO es bueno para el convento, decía el fraile; y llevaba una puta al hombro». Pero ni el fraile de aquel dicho tan repetido por Campmany, ni el arcipreste de Hita, ni los clérigos licenciosos de Bocaccio, ni los goliardos con barragana en cada...
Suscribete para leer la noticia completa: