Juntos o por separado, los presidentes de Canarias y Baleares exploran el subsuelo electoral en busca de petróleo populista, combustible con el que no se puede llegar muy lejos. Ayer posaron juntos en una escenificación de su singular pinza, activada a distancia para oponerse a las prospecciones proyectadas en aguas de sus respectivos archipiélagos. No se trata...
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