Todo el debate fue una tediosa ensalada de cifras, entretejida de premeditadas omisiones y conmovedoras incongruencias
BRADOMINESCAMENTE, me ocurre con los debates políticos como con el amor de los efebos y la música de Wagner: su interés permanece arcano para mí. Hubo un tiempo en que los discursos políticos se hacían con tropos vibrantes e imágenes enfáticas,...
Suscribete para leer la noticia completa: