Tras pagar la factura de una crisis que tuvo su origen en el desplome inmobiliario, las grandes constructoras salen del bache tras desprenderse de buena parte de sus activos, en ocasiones con minusvalías. La formidable burbuja de la década pasada llevó a estas empresas a tomar posiciones en mercados ajenos al hormigón, ahora abandonados para volver a quedarse...
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