El paraíso soñado por Fukuyama se llenó de demonios endógenos y exógenos que fueron minando sus pilares
PARA echarme unas risas, he estado releyendo estos días El fin de la historia y el último hombre, el bodriete de Fukuyama que, hace veinte años, fue entronizado como una suerte de biblia (para dummies) por cierta derecha proamericana. Se publicaba aquel libro...
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