Tarde, de manera intempestiva, pasadas las diez de la noche y en pleno partido España-Italia, Ferraz se desperezó y puso fin a la alocada aventura de su líder en Navarra, Roberto Jiménez. Ofuscado en derribar a Yolanda Barcina por cualquier vía, Jiménez buscaba extraños atajos que al final pasaban siempre por lo mismo: servir Navarra en bandeja a los proetarras...
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