Soy cirujano vascular, joven en cuanto a edad, pero con cierta experiencia a mis espaldas. Ya decía Oscar Wilde que «la experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores». Cierto es, sin duda. Pero en nuestra profesión los «errores» son imperdonables porque cuestan vidas o mutilan personas. Mis colegas conocen el sufrimiento...
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