Que los medios de comunicación públicos catalanes no son imparciales y están al servicio del proyecto de ruptura con el resto de España de Artur Mas, lo sabemos todos. Solo hay que ver TV3 y escuchar Catalunya Radio unas horas para convencerse de que su objetividad política brilla por su total ausencia. Y por si fuera poco, a ello ahora debemos añadir el coste...
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