«Para que un diálogo político, dentro de la Ley, sea posible y fructifique en un acuerdo ha de partirse de la buena fe de los intervinientes y de la razonable confianza en que todos cumplirán lealmente lo acordado. Recuérdese que un diálogo generoso, “de la ley a la ley”, como se dijo, y un pacto fecundo fueron los que llevaron a la Constitución de 1978, la...
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