«Con la relativa mejoría económica debería haber comenzado una dura competencia entre los bancos españoles por buscar los mejores clientes, empresas y personas físicas, para darles crédito. Pero eso no está ocurriendo. Por el contrario, el crédito continúa reduciéndose también para las empresas y personas físicas solventes. ¿Por qué?»
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