«Empiezo a pensar que lo que se hizo mal poco o nada tiene que ver con recortes y estímulos, sino con el euro. El euro hizo creer a los países pobres que eran ricos, y se pusieron a gastar y a endeudarse como si lo fueran. La euforia se mantuvo mientras las cosas fueron bien. Pero cuando la deuda se hizo tan grande que amenazaba hundir el edificio, empezaron...
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