Desde el agitado congreso celebrado en Valencia en 2008, y ya ha llovido, no se veía tan revuelto el gallinero popular. Donde no hay harina todo es mohína. La pérdida de poder regional, de la que ya habían avisado los barones del PP, viéndolas venir, ha sido la chispa que ha prendido la mecha del alboroto. El sosiego institucional que trató de transmitir e imponer...
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