Que a los trece años se puede ser un homicida es una obviedad contrastable. Ejemplos hay para dar y tomar: Eric Smith, Joshua Phillips, George Stinney, Lionel Tate, Barry Dale Loukaitis o Craig Price alcanzaron la fama por esa precocidad que les llevó a estrangular, tirotear, golpear o envenenar a sus víctimas antes de haber cumplido los quince. Siempre la misma...
Suscribete para leer la noticia completa: