La gravedad de los delitos por los que es investigado constituían una sentencia anticipada. Pasadas las ocho de la tarde de ayer, Rodrigo Rato salía de su casa escoltado por agentes de Aduanas, que, sin ahorrar en gestos y protocolos, le hicieron agachar la cabeza al entrar en el coche que a la vuelta de la esquina lo trasladó a su despacho. Punto y seguido en...
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