Con un grosero chiste impreso en su camiseta, que tuvo el detalle y el buen gusto de no quitarse, una acróbata del circo Femen se encaramó ayer a la mesa desde la que Mario Draghi, el banquero tranquilo, repasaba la agenda financiera de la zona euro. Menos de un minuto duró la actuación, que no pasó del zapateado y el revuelo de folios. Habituado a observar y...
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