Decían los antiguos Padres que la Eucaristía y los pobres constituyen el verdadero tesoro de la Iglesia. Refrescando una larga tradición, el Papa Francisco quiere ver y tocar, sentir la carne doliente de Cristo en los más pobres. Son conocidas sus iniciativas de repartir sacos de dormir y bolsas de comida entre los mendigos de Roma, la construcción de unas duchas...
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