En una mañana primaveral, sobre la arena de una coqueta placita de toros a la ribera del Jalón, un chaval nacido en Tarrasa y afincado en las Tierras del Ebro obró el milagro de manejar con algo más que soltura capote y muleta. La ilusión de un joven catalán por ser torero significa que la cadena de la Tauromaquia catalana no se rompe, que todavía hay chicos,...
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